Dentro del abanico de tratamientos que realizamos en la Clínica Élite Láser disponemos de multitud de opciones para satisfacer los deseos y las necesidades de nuestros pacientes. La Medicina Estética facial está en auge, por lo que mejorar imperfecciones, aportar luminosidad a la piel de la cara o, simplemente, ayudar a nuestros pacientes a verse mejor se ha convertido en nuestro día a día.
En Élite Láser tratamos con personas que solicitan nuestra ayuda para sentirse y verse mejor. Es por ello por lo que, para ofrecerles la mejor opción posible según sus necesidades, es imprescindible realizar una primera evaluación con el doctor en la que se realizará una entrevista clínica destinada a conocer detalles necesarios para dicho fin.
En dicha consulta el doctor se apoyará en sistemas diagnósticos complementarios como pueden ser el sistema de imagen Antera 3D y la dermatoscopia digital además de, en caso de ser necesario, ecografía cutánea.
Según el objetivo principal del paciente propondremos un tratamiento u otro, incluso combinando varios a fin de obtener el mejor resultado final posible.
A grandes rasgos, la piel tiene tres capas: epidermis, dermis e hipodermis (también denominada tejido celular subcutáneo). La epidermis presenta una característica que no presentan las otras dos: la capacidad de regeneración. Es un proceso natural en el que dicha capa está continuamente renovándose, llegando a tener una epidermis 100% nueva en un tiempo que suele ir de las tres a las cinco semanas, según cada paciente.
El término resurfacing significa “volver a emerger”. Es un proceso en el que se emplea tecnología láser ablativa cuyo objetivo es vaporizar las células de las capas más superficiales de la piel. Sería, básicamente, un tratamiento destinado por un lado a acelerar ese proceso de renovación de la epidermis que comentábamos anteriormente y, por otra parte, a crear un daño interno controlado mediante una quemadura con dicho láser que desembocará en un proceso denominado neocolagénesis (formación de nuevo colágeno).
Dicho colágeno, además de la elastina, es la proteína encargada de dar estructura, soporte y sostén a nuestra piel. Digamos que es el “andamio” sobre el que se asientan los demás componentes de la piel.
Este tratamiento puede ayudar a mejorar la textura cutánea, no solo a nivel de luminosidad, sino también de calidad, ayudando a cerrar poros abiertos, eliminar arrugas finas o atenuar arrugas más profundas, por ejemplo.
Para este procedimiento se aplica anestesia tópica (en crema) durante 30 minutos para, posteriormente, realizar el tratamiento, tratamiento que dura aproximadamente otros 30 minutos. Una vez terminado procederemos a realizar el post tratamiento, que consiste en la aplicación de unos LED’s, unas luces intensas para modular la respuesta inflamatoria de la piel y, posteriormente, crema reparadora y protección solar.
A nivel de efectos secundarios el paciente presentará enrojecimiento, inflamación y pequeñas costras a nivel facial, que deberá hidratar frecuentemente con vaselina o crema reparadora para que se caigan lo antes posible. Según la intensidad de los parámetros establecidos la severidad y duración de los síntomas será mayor.
Uno de los signos más característicos del paso del tiempo. A edades tempranas las estructuras dérmicas, fundamentalmente los paquetes grasos subdérmicos y los ligamentos propios de la piel se disponen de una forma en la que podemos hablar del triángulo de la belleza o de la juventud. Es decir, tenemos un mayor volumen en el tercio medio facial, a nivel de los pómulos, y menos a nivel de tercio inferior (zona peribucal, mandíbula, etc.).
Con el paso del tiempo dichos ligamentos pierden colágeno y elastina y su capacidad de sujetar las estructuras circundantes se reduce, de tal modo que esa grasa subcutánea “se cae”, invirtiendo ese triángulo y haciendo que tengamos más volumen de las zonas más declives de la cara.
Es por ello por lo que, según el caso, el tratamiento para esta situación será reponer parte del volumen perdido, estimular la neocolagénesis o una mezcla de ambos. Podemos realizar una inducción del colágeno de varias formas:
Las dos opciones de tratamiento que vamos a exponer a continuación pueden emplearse como tratamiento independiente o como tratamiento adicional a cualquiera de los tratamientos ya comentados, al fin de conseguir un plus en efecto final de un tratamiento determinado.
Por otro lado, los peelings medios afectan a capas más profundas y están destinados a tratar manchas superficiales, cicatrices o arrugas finas entre otros. Por último, los peelings más profundos se reservan para el tratamiento de arrugas más pronunciadas, cicatrices más severas o casos de un elevado envejecimiento cutáneo.
A mayor profundidad del peeling más severidad y duración de los efectos secundarios: enrojecimiento, sequedad cutánea y el más llamativo de todos, descamación, más intensa y duradera según se profundiza en la piel.
Es muy importante avisar al paciente de antemano de estos efectos secundarios, para tenerlo en cuenta de cara a su agenda sociolaboral. Debemos incidir también en la importancia de los cuidados a domicilio, que se basarán en la hidratación intensa de la piel, así como una correcta fotoprotección. La duración de estos efectos varía en función de la profundidad y el tipo de peeling que se realiza. Dicha duración oscila entre unos pocos días o hasta unas dos semanas.
Tal y como hemos comentado, los peelings se pueden realizar solos o como complemento de algún tratamiento adicional, cuyo objetivo será mejorar el resultado final de este.