Las varices son aquellas venas dilatadas, alargadas o sinuosas, localizadas mayoritariamente en los miembros inferiores (también pueden aparecer en otras partes del cuerpo, aunque es mucho menos probable) debido a algún problema en la circulación sanguínea.
La anatomía normal de las venas comprende una pared elástica y un conjunto de válvulas que permiten el retorno de la sangre desde las regiones más alejadas del cuerpo (en este caso las piernas) hacia el corazón.
Cuando se pierde elasticidad en esa pared venosa y las válvulas se deterioran, la sangre tiene dificultades para realizar ese recorrido ascendente de modo normal, por lo que se acumula en las piernas o, incluso, se puede invertir el sentido del flujo sanguíneo (reflujo). A mayor acumulación de sangre aumenta la presión sanguínea en la zona, fenómeno que termina dilatando las venas y dando lugar a la aparición de las varices.
Como hemos expuesto anteriormente, las varices aparecen por debilitamiento de la pared del vaso. Este suceso puede dase debido a varias causas, entre las que se encuentran: sobrepeso y obesidad, sedentarismo, genética, estreñimiento, embarazo…
Las varices pueden provocar sintomatología que puede llegar a ser realmente invalidante para los pacientes, tanto a nivel estético como a nivel funcional. Entre los más destacados podemos encontrar: hinchazón de piernas (edema), cambios de coloración cutánea, aumento de temperatura en la piel circundante, enrojecimiento, dolor, piernas cansadas, pesadez de piernas, calambres, picor, hormigueo…
Las varices pueden clasificarse de múltiples maneras. Nosotros, a continuación, las clasificaremos según el tamaño:
Conocidas comúnmente como arañas vasculares. Pequeñas lesiones de color rojo o violáceo fácilmente visibles a través de la piel, ya que se localizan en un nivel muy superficial, casi siempre en las piernas.
Las causas de su aparición no están muy claras, pero se pueden relacionar con factores hormonales (embarazo o anticonceptivos orales), genéticos o ambientales (exposición al sol o calor, cremas de corticoides…). Se consideran varices muy leves, aunque no suponen problema a nivel clínico, sino más bien estético.
Hay ocasiones en las que las telangiectasias pueden estar relacionadas con un problema circulatorio subyacente denominado Insuficiencia Venosa Crónica (IVC), derivado de la incapacidad de las venas para llevar a cabo un retorno adecuado de la sangre desde las extremidades inferiores hasta el corazón.
Es por este motivo por el que la sangre puede acumularse en la región, causa de los síntomas que hemos comentado anteriormente. En este caso las arañas vasculares se acompañan, al menos, de venas reticulares.
Dilatadas, con un color verdoso, situadas a un nivel más profundo que las arañas vasculares, de manera que no siempre se aprecian a simple vista.
Tienen forma de cordón retorcido, como un ovillo o una red (de ahí su nombre) y son más gruesas que las telangiectasias. Pese a que son responsables de la pesadez de las piernas y de otros síntomas en las extremidades inferiores (calor, el hormigueo o calambres), no son preocupantes.
Pasamos a preocuparnos por ellas cuando su calibre aumenta y presentan un relieve significativo en la piel. En este caso evolucionamos a las varices tronculares. Estás tienen una connotación más seria desde el punto de vista clínico.
Son las más preocupantes de todas. En este caso se presenta una dilatación tan grande que deforman la superficie cutánea y se perciben notablemente en comparación a las anteriores. Estas varices deben ser examinadas por un especialista en Cirugía Vascular, así como plantear su eliminación definitiva para evitar posibles complicaciones.
Pueden causar síntomas mucho más graves, como calambres en las piernas, flebitis (inflamación de la pared del vaso), dolor intenso, hinchazón en la piel debido a la acumulación de líquidos y úlceras varicosas.
En Élite Láser disponemos de un amplio abanico de posibilidades para tratar las varices, siendo las opciones más empleadas por nuestros doctores:
Consiste en la infiltración con aguja de un líquido o espuma esclerosante dentro de las venas dilatadas mediante una aguja de calibre muy fino.
Ahora bien, ¿qué estamos buscando? Buscamos la inflamación del vaso, irritando las paredes internas de la vena para que se cierre y reabsorba por el organismo. Inicialmente puede apreciarse una inflamación a nivel de la piel, resultado totalmente normal del tratamiento para, posteriormente, ir disminuyendo.
Este tratamiento de escleroterapia es efectivo contra pequeñas varices y sus ramificaciones. Las telangiectasias también pueden reaccionar bien ante la escleroterapia, dependiendo de su grosor, pues habitualmente son más finas de lo que la aguja permite.
La escleroterapia es un tratamiento no quirúrgico que se realiza en consulta, sin anestesia y ambulatorio. Sus efectos secundarios son escasos, generalmente leves y aunque el paciente puede incorporarse a su vida cotidiana de manera inmediata, es conveniente que siga algunos consejos como no hacer deportes demasiado exigentes, movimientos bruscos, correr o saltar durante unos días.
Asimismo, el paciente deberá usar medias de compresión durante, al menos, una semana o dos. Habitualmente recomendamos emplearlas durante 48h de forma ininterrumpida durante todo el día (incluyendo las horas de sueño), excepto para el aseo personal. Una vez pasado ese tiempo, se considera necesario continuar llevándolas al menos hasta completar una semana o todo lo que el paciente pueda. En este momento ya puede quitárselas para dormir. También cabe señalar que es conveniente esperar unas semanas hasta la siguiente sesión, ya que ese es el tiempo que el organismo tarda en reabsorber la pared del vaso inflamado.
Habitualmente el tratamiento de elección, fundamentalmente de las lesiones de menor calibre. La principal razón por la que solemos emplear el láser, concretamente láser vascular, es porque estos vasos sanguíneos están localizados a nivel más superficial de la piel, suelen ser más finos, lo que dificulta notablemente que se puedan pinchar.
De igual modo que con la escleroterapia, el número de sesiones variará en función del tamaño y cantidad de las lesiones.
Asimismo, es frecuente encontrar arañas vasculares junto con venas reticulares al mismo tiempo. Es por ello por lo que, en Élite Láser, según cada caso concreto, solemos combinar ambas técnicas anteriormente mencionadas: el tratamiento con inyecciones y con láser.
El láser empleado en la clínica incide sobre el vaso sanguíneo a coagular y lo cierra, haciendo que “desaparezca” la lesión en el instante. No obstante, esa desaparición es falsa, dado que posteriormente se aprecia una inflamación y una estructura más oscura en la zona de la lesión tratada. Dicha estructura no es más que “el esqueleto” del vaso sanguíneo coagulado. Será nuestro organismo quien, a lo largo de las semanas inmediatamente posteriores al tratamiento, lo vaya reabsorbiendo.
De nuevo, es muy recomendable el empleo de medias de compresión fuerte y altas (hasta la cintura) el máximo tiempo posible, a fin de conseguir el mejor resultado a corto y medio plazo con el menor riesgo de recidiva.
Se procede a extirpar las venas varicosas de gran calibre, reestableciendo la circulación sanguínea mediante una vía accesoria hacia los vasos que no están dañados.
Es un proceso denominado safenectomía (extirpación de la vena safena) mediante la realización de dos cortes: uno en la ingle y otro en el tobillo. Se realizan técnicas mínimamente invasivas y, normalmente, no suele ser necesario que el paciente ingrese en el hospital. No obstante, la recuperación puede ser de en torno 15 días, ocasionalmente mayor según evolución de cada paciente.
Se trata de una técnica mínimamente invasiva que consigue el cierre y posterior fibrosis de la variz, evitando de esa manera la cirugía tradicional previamente expuesta.
No requiere de incisiones y se realiza de manera ambulatoria, aplicando anestesia local en la zona a tratar, sin sedación y se puede combinar con otras técnicas como las que hemos comentado anteriormente.
Les efectos secundarios son mínimos (enrojecimiento o hematoma en la zona tratada, ligero dolor e inflamación) y la reincorporación a la vida diaria del paciente es prácticamente inmediata, sin apenas necesidad de reposo.
En Élite Láser contamos con un equipo multidisciplinar que evaluará su caso de la manera más precisa posible, dándole la mejor alternativa posible adaptada totalmente a la situación que presente.
Para poder ofrecer un tratamiento adecuado e individualizado a las necesidades de cada paciente es imprescindible realizar un correcto diagnóstico, basado principalmente en una anamnesis y exploración física detallada.
Asimismo, esta valoración puede ir acompañada de tecnología complementaria, como puede ser el empleo de un transiluminador o venoscopio (dispositivo que permite visualizar el recorrido de los vasos a través de la piel) o la realización de una ecografía-Doppler a fin de poder visualizar el flujo sanguíneo del interior de las venas.
En Élite Láser estamos totalmente comprometidos con ofrecer las máximas garantías a nuestros pacientes, atendiendo a sus necesidades y poniendo el foco en el tratamiento que mejor resultado pueda darles.
Licenciado en Medicina y Cirugía y Doctor en Medicina
Nº de colegiado: 2858648
Licenciado en Medicina y Cirugía
Nº colegiado: 282858520.
Licenciado en Medicina y Cirugía
Nº de col: 282849825