Dentro de las enfermedades autoinmunes podríamos incluir muchas, pero nos enfocamos principalmente en el lupus, la esclerodermia y morfea y el vitíligo. El motivo de que seleccionemos estas patologías es que en ellas es especialmente útil el tratamiento láser.
No obstante, entendiendo la patogenia de otras patologías autoinmunes y los cambios que son capaces de producir distintos láseres, se va ampliando el uso de estas tecnologías a otras patologías del grupo.
LUPUS ERITEMATOSO
El lupus eritematoso es una enfermedad autoinmune compleja que tienen numerosas presentaciones y que puede afectar diversos órganos, no sólo a la piel.
Su diagnóstico se realiza a través de una serie de criterios clínicos e inmunológicos, pero hay lesiones cutáneas muy características que nos ayudan al diagnóstico y que, de hecho, son criterios del mismo.
El tratamiento del lupus, suele implicar al reumatólogo, al dermatólogo y, en ocasiones a otros especialistas en función del órgano afecto.
En ese sentido, como hay tratamientos sistémicos que mejoran las lesiones cutáneas y otros que no sirven tanto para la piel, pero que necesitamos cuando hay afectación grave de órganos importantes como los riñones, el sistema nervioso central, los pulmones o la médula ósea, es difícil establecer pautas de tratamiento generales, dado que se individualiza mucho en función del grado de afectación y del órgano afecto en cada paciente.
ESCLERODERMIA Y MORFEA
Ambas patologías, también de origen autoinmune, están caracterizadas por la aparición de fibrosis, tanto nivel cutáneo como en otros órganos.
En la morfea, las lesiones suelen encontrarse localizadas sólo en la piel y la lesión más característica es una placa con bordes más morados/violáceos y con el centro más blanquecino y brillante, que evidencia la esclerosis cutánea.
DERMATOMIOSITIS
Hay varias formas de dermatomiositis, que incluyen la forma juvenil, la idiopática, la amiopática, la paraneoplásica o las formas mixtas asociadas a otras colagenopatías.
En su diagnóstico, aparte de la exploración dermatológica completa, se pueden necesitar biopsias de piel e incluso musculares y analíticas especiales que nos permiten detectar anticuerpos en la sangre que nos dan información adicional importante sobre la enfermedad.
En función de la forma clínica, podemos encontrar eritemas característicos, telangiectasias alrededor de las uñas, lesiones en párpados, hombros o caderas e, incluso, calcificaciones cutáneas. En función de las características de las lesiones cutáneas, hay láseres que puedan mejorarlas.
A modo de ejemplo, el láser CO2 clásico como Láser CO2RE de Candela y el Pixel CO2 de Alma, nos permite remodelar las zonas de piel afectas por el lupus pernio, que es un tipo de sarcoidosis que afecta preferentemente la región nasal, produciendo por tanto una importante alteración estética. En otra forma clínica de sarcoidosis, se ha visto que las lesiones mejoraban usando láser colorante pulsado, como al V-BEAM perfecta de Candela.
Al tratar estas lesiones puede haber más complicaciones que en otros usos del láser, pero con una correcta indicación pueden ayudar a mejorar a nuestros pacientes. Son terapias que requieren de mayor individualización que otras, en las que las pautas, potencias y otros parámetros, están más estandarizadas por tratarse de enfermedades más frecuentes o poder ser tratadas con tecnologías presentes en más centros.