La depilación con láser es un método por el que se elimina el pelo del cuerpo mediante la utilización de un haz de luz de pulso largo que es absorbido por el pigmento negro del pelo (melanina). Si la piel circundante es relativamente más clara que el pelo, toda la energía del láser se concentra en él, destruyéndolo de una manera efectiva. Esta es la razón por la que el láser de depilación funciona mejor en piel clara (permitiendo que la luz la atraviese sin afectarla) así como en pelo oscuro y grueso (tiene mayor cantidad de pigmento).
El número de pacientes masculinos que solicitan una depilación láser ha aumentado a lo largo de la última década, llegando a suponer un 15-17% del total de pacientes tratados en los centros médicos especializados. Solicitan dicho tratamiento tanto por razones estéticas como médicas. En efecto, son numerosos los pacientes que acuden por razones médicas como en el caso de la foliculitis en la zona inferior del cuello, los quistes epidérmicos en espalda, tórax o ingles, así como por hidrosadenitis axilar. Con respecto al tratamiento estético son los hombres jóvenes los que más los solicitan y las zonas anatómicas más demandadas son las siguientes en orden decreciente de importancia: espalda, hombros, tórax, abdomen, barba, brazos, piernas, glúteos, entrecejo, orejas y manos.
Los varones que presentan pelo en la espalda y el tórax suelen empezar a producir pelo en torno a los 20 años y siguen produciendo nuevos folículos pilosos hasta aproximadamente los 50 años. De hecho, la concentración de testosterona de un varón de 55 años es el 14% de la concentración de testosterona de un varón de 25 años. Es decir, la densidad de pelo que presenta un varón joven en su tronco no es estable. Hemos de explicar a estos pacientes que, en estos casos, los láseres no fracasan, sino que sólo eliminan el pelo que está presente en el momento de la sesión de tratamiento, y el que luego pueda aparecer habrá que tratarlo posteriormente en sucesivas sesiones de repaso (cada ciertos meses o años), con el fin de dejar la zona completamente depilada. Además, los hombres tienen el pelo más profundo y suelen tener la piel más gruesa que las mujeres así como más de una matriz dérmica por cada folículo en la espalda. Estas características hacen que sean algo más difíciles de depilar y que los láseres que dan mejor resultado sean aquellos láseres de longitud de onda más larga (más penetrantes), duración de pulso más largo (más tiempo de exposición al láser), y mayor tamaño del spot (zona de impacto de mayor diámetro). Por todas estas razones el láser de Neodimio:YAG es cada vez más utilizado en la depilación masculina, dada su mayor eficacia terapéutica. Además, la densidad de pelo por centímetro cuadrado en el varón es mayor, hay más cantidad a destruir y esto hace necesario también un mayor número de sesiones. En efecto, la mayoría de las zonas anatómicas tratadas en los hombres precisan de 6-8 sesiones para que los pacientes experimenten un porcentaje considerable de pelo eliminado. Dependiendo del tipo de pelo y de factores genéticos, algunos pacientes pueden precisar tratamientos adicionales. La sensibilidad al dolor de cada persona es diferente, aunque se considera que es mayor en los hombres en estas localizaciones anatómicas, dada la existencia de más densidad de pelo y el mayor grosor y profundidad del mismo. El uso de crema anestésica como EMLA (bajo prescripción médica) o de sistemas de refrigeración cutánea como el Cryo 6 de Zimmer, pueden precisarse en áreas pequeñas y especialmente sensibles como ésta.
La barba es también una de las zonas más rebeldes al tratamiento, dado el influjo hormonal y las características específicas del pelo. Deben de manejarse correctamente las expectativas de los pacientes en esta localización ya que existen muchos folículos primordiales en estado latente o “dormidos” que podrían ser activados durante el tratamiento y que precisarían ser tratados posteriormente. En efecto, se procede a un mínimo 6 sesiones de tratamiento de choque, para pasar posteriormente a la realización de retoques anuales, debiendo disuadir del tratamiento a aquellos pacientes más jóvenes, de vello incipiente, fino y escasamente pigmentado.