La depilación eléctrica consiste en la introducción de la punta de una aguja desechable muy fina a nivel del orificio cutáneo de salida del pelo. Se aplicará una pequeña cantidad de corriente eléctrica capaz de dañar la raíz (bulbo) del folículo piloso. Este proceso se realizará para cada uno de los pelos que se desean eliminar, retirándolos después con una pinza. Las nuevas máquinas de depilación eléctrica permiten obtener una mayor eficacia, a la vez que resultan mucho menos dolorosas que en el pasado.
Se trata de una técnica apta para todo tipo de pieles. Entre sus principales beneficios destaca la depilación de aquellos vellos rubios, pelirrojos o incluso blancos (pelo canoso) que no pueden ser tratados mediante tecnología láser de última generación.