La sequedad vaginal influye notablemente en el bienestar de la paciente, puesto que causa incomodidad e incluso molestias. Aunque suele producirse durante la menopausia, puede aparecer en cualquier etapa de la vida.
Esta afección benigna, afecta a la buena salud vaginal y es debida a una disminución del flujo vaginal y de la hidratación. Destacan entre los síntomas más comunes el picor y/o escozor, ardor al orinar, dolor en las relaciones sexuales, disminución del flujo vaginal o sangrado tras relaciones sexuales.
La menopausia supone uno de los principales factores de riesgo en la aparición de la sequedad vaginal, dada la disminución que se experimenta en el nivel de estrógenos. La disminución de la humedad afecta a la elasticidad de la vagina y el tratamiento más seguro, innovador y efectivo es el láser de CO2. Esta técnica es ambulatoria y confortable, permitiendo su recuperación inmediata tras la intervención.
El calor aplicado mediante el láser activa la producción de colágeno y elastina en la zona, regenerando las células de la vagina, y favoreciendo la hidratación.