Flebología

Soluciones innovadoras basadas en nuevas tecnologías para los problemas de varices

Descripción general

Las varices pueden provocar un problema estético, causar dolor o malestar, e incluso desencadenar problemas de salud más graves. Se denominan varices aquellas venas superficiales dilatadas y tortuosas que se localizan más frecuentemente en los miembros inferiores del cuerpo. Las causas más habituales que justifican su aparición son la herencia genética, causas hormonales (por eso las mujeres tienen una incidencia tres veces mayor que los hombres), sobrepeso, ciertas enfermedades o medicaciones, embarazos y hábitos de vida inadecuados (permanecer de pie durante períodos prolongados de tiempo, llevar tacones de más de 3 cm…)

Las varices se producen cuando las venas no conducen correctamente la sangre al corazón, y esta se acumula en ellas, dilatándose y volviéndose tortuosas. En efecto, en ocasiones las válvulas venosas, que deben dejar pasar la sangre y cerrarse para impedir que vuelva, se debilitan y pierden elasticidad. Este suceso provoca que las venas se llenen de sangre que no circula correctamente y se dilaten. Como consecuencia de esta dilatación estas venas se retuercen para caber en su espacio normal y se producen las varices.

Durante la posición de pie, el retorno venoso se encuentra dificultado por la acción que ejerce la gravedad sobre la columna líquida contenida en las venas. Para contrarrestar este efecto, las venas poseen válvulas en su interior que impiden el reflujo de la sangre a lo que se suma la acción de los músculos de la pantorrilla que comprimen las venas durante la marcha. Destacan como factores que favorecen el retorno venoso la posición acostada con las piernas elevadas, la actividad física, la natación, la presencia de válvulas venosas, etc. Por el contrario dificultan el retorno venoso la posición de pie, el sedentarismo, el estreñimiento, la dilatación venosa con insuficiencia valvular, etc.

El principal síntoma indicador de varices es la constancia de la variz visible en la pierna, siendo un indicador de cuadro de insuficiencia venosa crónica. Además, quien sufre de varices suele presentar los siguientes signos:

  • Hinchazón en los tobillos y los pies.
  • Pesadez, calambres, pinchazos y dolor en las piernas.
  • Picor en las piernas, sobre todo en la zona de los tobillos.

Los principales tipos de varices son:

  • Varices Tronculares que se desarrollan a nivel de los troncos venosos superficiales de los miembros inferiores y pueden tener un gran calibre. En su evolución pueden presentar complicaciones tales como varicoflebitis, úlceras o hemorragias.
  • Microvarices o Varicosidades: son dilataciones a nivel de las pequeñas venas de la piel cuya repercusiones son netamente estéticas. También se las conoce como “arañas vasculares”.
  • Varices esenciales o primarias que suelen afectar a personas con antecedentes familiares de varices, dato que orienta sobre la predisposición genética, a lo que se suman otros factores desencadenantes tales como los embarazos, permanecer de pie durante períodos prolongados, sobrepeso, etc.
  • Varices secundarias que responden a una causa conocida que afecta al sistema venoso, tal como malformaciones congénitas, uniones anormales entre arterias y venas (fístulas arteriovenosas) o sobrecarga del sistema venoso superficial por una trombosis a nivel del sistema venoso profundo (varices postflebíticas).

Tras la evaluación clínica del paciente y la realización del diagnóstico adecuado (tipo, severidad y localización del compromiso venoso) se podrá ofrecer el tratamiento más adecuado para prevenir y eliminar las varices. Actualmente, las varices pueden ser eliminadas sin cirugía, sin dolor y con una recuperación rápida y favorable.

Valoración médica

Entre los tratamientos más novedosos disponibles actualmente se encuentran:

  • Tratamiento de Esclerosis con Microespuma. Consiste en la inyección de un medicamento dentro de la vena a tratar, provocando su desaparición. En sus diferentes formas, con líquido, microespuma o con frío (crioesclerosis), continúa siendo el tratamiento de elección para las venas reticulares de entre 1 mm y 3 mm de diámetro, en los miembros inferiores. La inyección de esclerosante en forma de espuma se utiliza para tratar varices de mayor calibre (más de 2 mm de diámetro), como las venas tronculares. Consiste en introducir un medicamento esclerosante en forma de espuma en las venas para que estas se encojan y desaparezcan. Requiere emplear medias de compresión y produce una inflamación mayor. Sus resultados son muy satisfactorios.
  • Láser para fotocoagulación de las telangiectasias. Consiste en el cierre de pequeñas venas superficiales de entre 0,1 mm y 1 mm de diámetro por acción del calor liberado por la luz láser. Más información sobre varices y arañas musculares.

 

 

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